La importancia de enseñar historia

La historia está tan intrínsecamente adherida a nosotros que muchas veces la damos por sentado. No le tomamos importancia, e incluso tenemos la osadía de creerla una materia «sin importancia».

Cada persona es una historia, como individuos, familia, comunidad, sociedad, todos estamos formados por historias. Simplemente analicemos los remedios para el resfriado, las recetas de la abuela y  los días festivos. ¡Repletos de historia!

La historia no debe ser una materia metódica, donde debemos memorizar fechas, aunque son importantes. Más bien, debe ser una materia que permita a los niños analizar, comprender y desarrollar el tan necesario pensamiento crítico.

La historia nos ayuda a entender el presente al analizar el pasado y de alguna manera nos da un pequeño vistazo al futuro.

Veamos el movimiento en Estados Unidos de «Black Lives Matter». Primero, está la línea del tiempo. 

LÍNEA DEL TIEMPO

2013: El movimiento «Black Lives Matter» es creado por Alicia Garza, Patrisse Cullors, y Opal Tometi, como protesta a la alta cantidad de personas negras asesinadas por la fuerza policial de EEUU.

2015: Varias protestas pequeñas se llevan a cabo en ciudades importantes en EEUU tras la muerte por parte de la policía de Walter Scott, Freddie Gray y Meagan Hockaday.

2016: LeBron James habla acerca del movimiento en público.

2019: En Oklahoma, el joven Isaiah Lewis es asesinado por un policía.

2020: El 31 de mayo salen a protestar cientos de miles de personas en cada uno de los estados de EEUU tras hacerse viral la muerte de George Floyd, quien murió siendo asfixiado por la rodilla de un policía en su cuello. El tema se vuelve viral a nivel mundial, colocando «Black Lives Matter» como una prioridad en la agenda política de Estados Unidos.

Tras leer la línea del tiempo, ¿aprendiste algo relevante? Si sólo leemos estos datos sin el contexto histórico, no veremos la relevancia de lo que pasó en el 2020 con George Floyd. Necesitamos integrar ese hecho dentro de la Historia. Leamos:

El racismo en Estados Unidos.

Entre los años 1525 y 1866, 12.5 millones de africanos fueron secuestrados y vendidos como esclavos en Estados Unidos. La esclavitud rápidamente se esparció por todo Estados Unidos. Estados Unidos declaró su Independencia de Gran Bretaña el 4 de julio de 1776. Sin embargo, hasta mayo de 1861, comenzó la «Guerra Civil» en EEUU. Uno de los principales motivos fue la discrepancia en el tema de la esclavitud de personas negras, esta guerra terminaría hasta 1865. Abraham Lincoln, el entonces presidente de Estados Unidos, lanza un decreto llamado «Proclamación de Emancipación», donde prohibe la esclavitud. Esto sucede el 1 de enero de 1863. Aunque la Proclamación de Emancipación se consideraba un pequeño logro, el futuro de la población negra en EEUU no sería fácil. Los estados del sur crearían las leyes «Jim Crow» las cuales legalizaron la segregación, es decir, la separación de las personas por su color de piel. En 1964, el entonces presidente de EEUU firma «Ley de Derechos Civiles», la cual pone fin a la segregación racial. Las personas negras ya no podían ser corridas, excluidas o tratadas diferente.

Bajo este contexto, entendemos entonces las noticias actuales de la línea del tiempo anterior. ¡Qué importante es estudiar Historia para entender el contexto de lo que hoy sucede!

¿Por qué los jóvenes pueden aprenderse de memoria los nombres de los personajes de sus películas y series favoritas? Porque son incluidos en la historia, porque la entienden, porque lo ven de manera natural e interesante. Cuando enseñamos historia, podemos suscitar una conversación y sobre todo prender la pequeña mecha de la curiosidad que hay en cada persona, nos da la oportunidad de entender, analizar y llegar a discutir los impactos del racismo hoy en día de una manera «natural». Porque así debe ser la historia, natural, tan natural como forma parte de cada uno de nosotros sin siquiera darnos cuenta.

Como padres educadores, maestros o simplemente como individuos, debemos hacer entender a nuestros hijos y alumnos que la historia es lo que somos. Como cristianos la historia tiene incluso más valor: entender que lo que se enseña no es sólo un cuento, que cada cosa que sucedió tuvo una consecuencia que repercute en nuestro presente.

La historia no es algo aburrido, simple o soso, es lo que somos, lo que fuimos y lo que seremos.

Al entender la historia, aseguramos jóvenes no sólo más cultos y analíticos, sino también más empáticos.

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