A aprender se aprende aprendiendo; a enseñar enseñando
Por mucho tiempo se ha pensado que la educación es parte del sector político y que por ende los gobiernos son los primeramente responsables de asegurar una educación de calidad.
Por mucho tiempo se ha pensado que la educación es parte del sector político y que por ende los gobiernos son los primeramente responsables de asegurar una educación de calidad.
La manera en que nos relacionamos con otros, especialmente con los más pequeños, es algo a lo que debemos ponerle muchísima atención. Esto definirá muchas áreas de la vida adulta que ese niño tendrá en un futuro y le servirá de ejemplo para él mismo relacionarse con otros.
¿Sabías que el amor es uno de los valores más importantes?
Incluso es uno de los primeros mandatos que Dios nos hace: amar al otro como a nosotros mismos. Esto da por hecho que el amor funge como una fuerza que nos lleva a la acción de servir, comprender y empatizar con el otro.
Mario, un niño de 11 años, llegó de la escuela frustrado. Su mamá le preguntó qué es lo que le sucedía, pero él no respondió y subió a su cuarto. En su habitación redactó un mensaje y le mandó un WhatsApp a su mamá, en el cual le contó que ha estado sufriendo bullying por sus compañeros y que no sabe cómo resolverlo.
En ocasiones como padres de familia, maestros o adultos en general, pasamos por alto la importancia de nuestros niños y nuestra labor de servirles con honra y amor.
¿Recuerdas cómo fueron tus maestros en tu infancia? ¿Recuerdas qué tan pacientes fueron contigo?
Si pudieras dar a tus alumnos un suplemento que les diera estas ventajas, ¿lo harías?
¡Acuérdense de los pobres!
Hace dos mil años Jesucristo hizo una declaración sorprendente acerca de los pobres: «Los necesitados seguirán siendo parte de la sociedad para siempre». Marcos 14:7 (MT).
En tu caminar como educador, tal vez te has cuestionado lo siguiente: ¿Cómo puedo lograr que los padres estén de mi lado? ¿Qué hago para mantener una buena relación con ellos? ¿Qué es lo que realmente les interesa de la escuela? Sin lugar a dudas, existen más preguntas.
Pensamos que el conocimiento conseguiría un ser humano ideal. Pensamos que bajar la guardia, no ser autoritarios nos haría tener mejor acceso a nuestros alumnos.
Si pudiera enseñar todas las materias pero no amara a mis alumnos, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena.
Si tuviera la mejor didáctica y entendiera todos los nuevos descubrimientos de la ciencia y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de abrir muchas escuelas, pero no amara a mis colegas, yo no sería nada.
¡Comienza el día! Es hora de llegar al salón donde la magia inicia, y la preparación y la anticipación de las actividades que se llevarán a cabo deberán rendir los extraordinarios frutos de la atención, participación e interés de los alumnos.
¿Has sentido alguna vez un nudo en el estómago antes de iniciar un examen importante? ¿O la sensación de que tu mente se convierte en un torbellino de pensamientos ansiosos? Nuestros alumnos se enfrentan a una montaña rusa emocional cuando se acerca el período de exámenes.
Es importante considerar que todo lo que vemos comenzó con un concepto y que este concepto pudo
expresarse en lo que hoy llamamos «palabra».
Imagina que estás volando de Los Ángeles a la ciudad de Nueva York. Si el piloto que despega de Los Ángeles ajusta la dirección 3.5 grados al sur, llegaría a Washington, D.C., en lugar de llegar a Nueva York. Ese pequeño cambio apenas se notaría durante el despegue.